01.09.2010 21:20

HACIA LA CONFORMACION DE REDES

baje aqui el texto completo en formato WORD (.doc)

 

La lógica de redes

 

Dr. Mario Rovere

         Para comenzar a revisar la lógica de redes, debemos preguntarnos de dónde partimos, o a quién

recurrimos, para también poder reflexionar sobre la misma.

          Podemos ingresar al tema desde distintas perspectivas. Por ejemplo, en la moda de las redes

cibernéticas hay un mensaje sumamente interesante: cuando se habla de globalización, muchos se

 imaginan que ha sido una estrategia económica o comercial. En el caso de Internet, que aparece como el gran ejemplo de redes y de globalización, es interesante ver que el antecedente directo es otra red que se llamaba Bitnet, que era una red científica en el sentido estricto de la palabra, una red altruista.

 Bitnet significaba en inglés: “porque es tiempo de redes” (1). Probablemente es la consecuencia de la reducción de la amenaza de la Guerra Fría lo que la genera, porque entre otras cosas se descubre una gran capacidad ociosa en los satélites de la NASA, con lo cual la misma, como una organización

de Estado, pero también científica, decide abrir su volumen de capacidad ociosa y dona capacidad de

comunicación mundial a los científicos, así nace Bitnet y bastante después surge el interés comercial

que está siempre alerta, que se ocupa de expropiar todo lo que se hace, en una manifestación de lo

que se denomina la cultura caníbal.

         El Internet en la práctica es una extensión, una apropiación, un canibalismo comercial de esa

herramienta inicial, que hoy se ha transformado en un Shopping mundial, con múltiples centros comerciales conectados, etc. Sin embargo, se han dejado las reglas de juego básicas de convivencia con el Bitnet, que permanece dentro de la Internet. En el fondo nosotros somos como operadores de Bitnet porque seguimos haciendo circular la dimensión científica de la red.

         En esta idea de red, sin embargo, hay otras ideas interesantes. Una de ellas es que la conexión de las personas es una conexión personal. Está claro que se conectan personas, en algunos casos aparecen instituciones, pero una vez que se conectan personas o instituciones, para la red, tanto una como la otra, valen lo mismo. Cuando se produjo el impacto que se preveía del Shoemaker sobre Júpiter, cuando cayeron muchos fragmentos generando como “explosiones atómicas” se descubrió por primera vez que del mismo evento se podía sacar mucha información si se hacían comparaciones mirando desde distintos lugares de la Tierra. Se organizó a través de Internet una red de observación, entonces, mirando el mismo evento desde distintos lados se obtenía distinta información, no tenía importancia quién fuera el informante, todos estaban en red, se generó una especie de observación mundial. Lo que me llamó más la atención es que ninguna información fue descartada porque la hubiera generado un observador con un telescopio pequeño, todas las informaciones entraron como dato y luego, la reconstrucción del hecho dio una información que nadie podría haber dado individualmente. La reconstrucción del impacto y las consecuencias de él se lograron fundamentalmente sobre la base de la observación mundial. Mientras en unos lugares se veía de noche, en otras partes se veía de día y en diferentes condiciones.

         Estas imágenes nos ayudan a ver por qué se nos va acercando la idea de red a la vida cotidiana y qué mensajes nos trae. Desde la cibernética las redes, si bien son comerciales, democratizan el saber. Esto quizás sea sólo por ahora, hasta que la tecnología y el poder generen nuevos filtros. En lugares muy pequeños de la Argentina hay grupos profesionales - de nuestra profesión, por ejemplo - haciendo búsquedas. Incluso, la Medicina en el interior, deja más tiempo libre para las búsquedas que en el caso de las grandes ciudades, ya que para usar Internet hace falta tiempo.

         De esta forma se está desarticulando la idea de las pirámides. Vamos a ver progresivamente por qué lo que se opone a la lógica de redes son las pirámides, o formas jerárquicas de organización. Las redes no son telarañas, no son concéntricas, son formas de articulación multicéntricas.

         Una segunda provisión viene del campo de la administración. En este campo cada vez se analiza más el objeto redes como modelo organizacional. Esta idea se genera en las grandes corporaciones u organizaciones, que tienen que manejar productos relativamente uniformes en lugares totalmente heterogéneos. A partir de allí, se empiezan a generar nuevas formas o vínculos para que la gente pueda hacer cosas parecidas a pesar de que los niveles de autonomía de cada una de las unidades son enormes, en algunos casos ni siquiera son propiedad de la fábrica original. Por ejemplo llama la atención a veces saber que las fábricas de Coca Cola no pertenecen a ella, son fábricas que pagan royalty por el uso de la marca, no es como la Ford que tiene subsidiarias, son empresas independientes que se juntan bajo la defensa de una determinada marca o producto que los articula. En sentido estricto son redes y no jerárquicas sino vinculares y contractuales.

         Hay un tercer eje - que es el que vamos a utilizar más porque probablemente está más cerca de nuestras inquietudes - es el ingreso a redes por extensión de los análisis de la Psicología Social. La Psicología Social, que desarrolló toda una reflexión alrededor de los grupos y múltiples escuelas trabajaron sobre esta perspectiva, descubre que de alguna manera la idea de grupo es limitada. Algunas escuelas dicen que grupo no es una psicología de un objeto nuevo que se llama grupo, sino que grupo es una psicología del sujeto, pero analizado en su grupalidad, es decir los referentes que tiene cada sujeto de su mundo o entorno. Entonces, analizando al sujeto, se descubre que los sujetos no sólo forman grupos, también hay redes. Slusky, psicólogo sistémico argentino que vive en California, relata un caso clínico de un paciente anciano que vive solo y que presenta un cuadro depresivo que al tratante le parece exógeno, le parece que no se trata de un problema interno de dicho paciente. Entonces empieza a interrogar al núcleo familiar, los llamados grupos primarios, y no encuentra nada, no encuentra ningún hecho que explique esta situación. En vez de abandonar la búsqueda de esta hipótesis, decide profundizar en esto y tratar de reconstruir la vida cotidiana de este paciente. Este paciente, que vive solo, es autosuficiente, pero al mismo tiempo está sin familiares directos. Se descubre que los contactos diarios son tan escasos que su diariero, con el que conversa 30 o 45 minutos todas las mañanas, corresponde casi al 45% del total de sus redes sociales. Reinterrogando, aparece el dato de que el diariero se jubila y se va, con lo cual, la situación crítica de este paciente es atribuida a que perdió casi la mitad de sus redes sociales en el vínculo con una persona que difícilmente alguien hubiera dicho que es parte de su grupo.

En realidad es mucho más amplio el concepto de redes, es el concepto de muchas cosas que nos dan las instituciones en las que trabajamos, en los lugares donde nos saludan todas las mañanas, lugares donde compartimos noticias, lugares donde sabemos lo que le pasa a los otros, esto configura redes y forma parte incluso de nuestras redes de soporte en términos de constitución como sujetos.

         Desde esta perspectiva vamos a decir que, para nosotros, redes son redes de personas, se conectan o vinculan personas, aunque esta persona sea el director de la institución y se relacione con su cargo incluido, pero no se conectan cargos entre sí, no se conectan instituciones entre sí, no se conectan computadoras entre sí, se conectan personas. Por esto es que se dice que redes es el lenguaje de los vínculos, es fundamentalmente un concepto vincular. Cuando introducimos este concepto de redes, inmediatamente decimos que no es nuevo para el sector Salud. Nosotros ya hemos trabajado la idea de redes, pero existen dos cosas que vale la pena aclarar. Primero: redes fue considerado como un elemento interno de otra concepción que era la de sistemas.

         La concepción de sistemas es un gran homogeneizador, si ustedes toman las cosas más heterogéneas que se imaginen, por ejemplo y las ponen en el lenguaje de sistema, les van a parecer homogéneas. Cuando alguien dice “por qué no analizamos el Sistema de Salud de la Argentina”, esta forma de decirlo automáticamente le ofrece una homogeneidad que no tiene. En la práctica se podría decir “analicemos cómo se prestan servicios de Salud en la Argentina”, así se permite emerger a la heterogeneidad. Sistema es un aparato homogeneizador.

         Redes, en cambio, parte de otra lógica, parte de asumir heterogeneidad. Redes no homogeneiza, redes asume la heterogeneidad y permite imaginar heterogeneidades organizadas.

         Nosotros tenemos una especie de imaginario institucional, tanto que se dice “el Estado institucionaliza la sociedad”, pero lo hace sobre un modelo tal que la “base” - en definitiva la sociedad - se homogeneiza por la unidad de mando, bajo la misma lógica de los modelos institucionales o del origen de los clásicos de la administración, que decían “la autoridad es el cemento de la organización”. Una sociedad organizada está institucionalizada y si lo está es una pirámide, hay unidad de mando. Esta idea viene de las organizaciones productivas y también de la organización del Estado, de la lógica monárquica. Los estados monoteístas se organizan con un monarca y éste tiene delegación de Dios. En los modelos presidencialistas, el hecho de que el origen del poder no venga de Dios sino que del mismo pueblo, a través de la delegación, no cambia el hecho de que igualmente se vuelva a la lógica de unidad de mando, con lo cual el presidencialismo en muchos aspectos repite a la monarquía, en países como el nuestro exageradamente. 

Pero la realidad no se nos presenta bajo esta lógica, no se organiza en pirámides, por lo que la situación se nos presenta como sociedad fragmentada. Este es un gran referente de la posmodernidad. Pensemos que en la modernidad se trataban de explicar las cosas. Y en la posmodernidad, al querer explicar las cosas, la realidad surge como una especie de espejo roto. Se desestructuró de tal manera que al que tenga un imaginario de orden y organización se le escapa por todos lados. Hoy en día no hay unidades asibles, ordenables, coordinables y autolimitables, en la práctica la sociedad aparece en forma fragmentada y las instituciones, imitando a la sociedad, también. En el imaginario la institución es una cosa, pero en la realidad es otra. Uno diría que esto es un archipiélago, que parece una organización feudal. O que cada uno está en lo suyo. Y se arman pirámides como castillos feudales, pero no podemos construir un castillo más grande que pueda representar a toda la institución. Como tenemos muy arraigado este modelo, que en el fondo tiene reminiscencias autoritarias, entramos en una especie de tensión, porque tampoco nos gusta un espectáculo en donde esté todo fragmentado.

         A pesar de que en la fragmentación pareciera que pueda emerger el sujeto. Es como si hubiera un piso de hielo que al romperse en fragmentos permite que los sujetos emerjan de un discurso moderno que los tenía atrapados, congelados. Al desestructurarse también viene la emergencia del individuo - para una perspectiva teórica -, o la emergencia del sujeto - para otra perspectiva teórica -. Podríamos decir que la fragmentación, en cierta manera, trae ventajas y desventajas. La desventaja es esta sensación de que no suma nada, pero la ventaja es que permite la emergencia de las personas concretas que no podían surgir con discursos que los anulaban, que decían “el hombre y la mujer son productos de su historia”, el énfasis es que somos producidos -que es cierto-, pero somos productores, lo cual también es cierto. El énfasis estaba en un determinismo social que nos consideraba como producto de, nunca “productores de”. La posmodernidad tal vez exagera el segundo aspecto pero coloca en el centro al sujeto porque enfatiza que somos productores, o sea que la sociedad por venir va a ser consecuencia de lo que nosotros hagamos.

         En este dilema nos quedaríamos entre una perspectiva autoritaria versus una perspectiva fragmentada o anárquica, atrapados entre estas dos dimensiones. Este dilema puede provocar que cuando uno exagera esta imagen de anarquía, produce más demanda del modelo piramidal, es casi automático: cuando la gente tiene sensación de caos, se generan altas demandas de control. Una alimenta a la otra y nosotros nos quedamos atrapados habitualmente entre estas dos opciones. Si la fragmentación ocurre dentro de límites tolerables es una cosa, si los sobrepasa se empieza a pensar en soluciones autoritarias, salvo que tengamos el ingenio de construir una tercera posibilidad. Para mí esta tercera posibilidad se llama redes. Fíjense qué interesante, la homogeneización es necesariamente autoritaria, es una compactación autoritaria de las diversidades. En vez de esto trataremos de articular heterogeneidades. 

         Es decir, los dos modelos se nos representarían, si quisiéramos buscar analogías gráficas, en un caso como una pirámide – la homogeneización jerárquica – y en el otro como una dispersión de fragmentos aislados – la sociedad fragmentada de nuestros días –. Pero al incorporar la lógica de redes, podríamos valernos de otra analogía, dibujando imaginariamente una especie de parrilla, con muchas conexiones. Entonces, al sobreimprimir las redes sobre la fragmentación voy creando o restituyendo los lazos sin recurrir a la organización jerárquica. Al tener heterogeneidades organizadas reduzco la demanda de organización piramidal y, al reducirla, equipo a las personas, a las sociedades e instituciones para profundizar democracia, antes que perder democracia cada vez que la sensación de caos nos invade. Dicho de otra manera, todos los procesos de democratización de poder tienen como punto débil el hecho de que las personas que son delegadas o manejan unidades de poder desconcentradas, autogeneradas, a veces no pueden sostenerse en crisis.

         Las crisis son las “ergometrías de la democracia”: las crisis son una verdadera prueba de esfuerzo que tensa a la democracia y la pone a prueba en su capacidad de subsistencia, tanto a nivel social como institucional. Esto se ve muchísimo en otros ejemplos, como en el caso de la descentralización, muchísimos ejercicios de descentralización en el sector Salud han sido arrasados por las crisis y luego de ellas la institución aparece más centralizada que antes de comenzar el proceso de descentralización, salvo que las unidades descentralizadas se equipen para operar en crisis.

         A partir de este dilema, la idea de redes nos empieza a dar un mensaje distinto al de la idea de sistemas.

Porque a pesar de que no lo parece, el concepto de “sistemas” implica organización piramidal. Pensemos en la raíz biológica que tiene la Teoría General de Sistemas (TGS), para la cual cualquier pérdida de control por parte de la unidad central de control tenía carácter entrópico. Sucede lo mismo que con el corazón, si el nodo que comanda sus latidos no sigue mandando las señales de funcionar, y otros centros empiezan a conducir, puede haber arritmias y luego paro cardíaco. Todo foco ectópico de control de poder es entrópico, en consecuencia amenazante para la estabilidad de los sistemas.

         En el fondo los sistemas son pirámides. Cuando hablamos de sistema de Salud que nos parecía muy democrático, vemos que podía ser muy equitativo pero no necesariamente muy democrático. Hoy se ve que muchos sistemas que hemos admirado y en los que nos hemos apoyado en la construcción histórica de la Salud Pública, como el modelo inglés o el chileno, en muchos aspectos no tenían resuelta esta dimensión, eran mucho más justos e igualitarios que otros modelos, pero también, simultáneamente, eran autoritarios y burocratizados. Ahora empiezan a verse los casos en donde se manifiesta el poder burocrático del sistema inglés para decidir a quien se transplanta o no y definir moralmente a quién sí y a quien no. Empieza a develarse que el mejor de los sistemas funciona sobre la base de concentración de poder.

         En las redes no necesariamente se funciona así. Puede tener múltiples nodos, necesita tener múltiples nodos, no tiene una propulsión desde un lugar específico, sino que tiene lugares de articulación, tiene nodos de mayor densidad. Redes se parece al tránsito, hay calles principales, hay zonas congestionadas, hay zonas periféricas con menos densidad de tráfico, es más geográfica, atrapa mejor la heterogeneidad. La ciudad de Rosario no es ni un círculo, ni un triángulo; tiene una geografía heterogénea y las redes del Servicio de Salud tendrán que ser tan heterogéneas como la ciudad misma, heterogénea geográfica y culturalmente, heterogénea en capacidad de respuesta a necesidades diversas, etc. En el modelo de sistema teníamos que homogeneizar, en el modelo de redes podemos permitirnos respuestas flexibles a necesidades diversas de la gente.

         Esto sería una especie de imaginario. Por extensión y usando la analogía de Internet e Intranet (2) este imaginario de redes, nos permite decir que, si cuando se escucha hablar de redes al principio se suele pensar en la relación con el afuera, el concepto se puede utilizar adentro. Yo puedo reorganizar mi hospital con la lógica de redes, que es una estructura diferente que la de las pirámides, de los organigramas, de las estructuras de poder (quién controla a quien, quién reporta a quien). En esta lógica de redes no es solamente una estructura para vincularse con el afuera, sino también para establecer nuevas formas vinculares en el adentro, pueden ser mecanismos de redes intrainstitucionales. También podríamos usar como analogía las redes telefónicas, podríamos decir que tienen puntos de mucha densidad que serían las redes urbanas y otras de menos que serían las redes interurbanas. Si hablamos de organizar servicios en redes en el caso de Rosario podría significar este doble juego, como si cada institución fuera una ciudad y como si las vinculaciones entre ellas fueran el equivalente del servicio interurbano.

         A partir de esta configuración tendríamos que pasar a un segundo análisis, redes no es simplemente referencia y contrarreferencia, la idea de que soplando por un tubo mando algo que otro recibe y me devuelve sería empobrecer las potencialidades del concepto de redes. A partir del momento en que la gente entra en red, entra en vínculos solidarios, lo que la gente va a evaluar para decir que estos servicios en realidad son una red, es si hay comportamiento solidario. En la física se dice que hay comportamiento solidario cuando nada que ocurra en un cuerpo puede ignorarlo otro cuerpo que es solidario con el primero, cuando estamos en redes nada que ocurra en algún lugar, le es ajeno a otro lugar, así si aparece un caso de cólera en un centro de salud, la red se pone en alerta y nadie puede ignorar en ningún lado de la red que hay un caso de cólera. Pero esto que puede comenzar a entenderse con los casos extremos, al incrementarse la lógica de redes, debe incorporar otros problemas, si aparece una muerte evitable en algún lado y nuevamente la red no puede ignorarlo. Se profundiza la agenda de las cosas en las cuales nos vamos poniendo en red.

Naturaleza de los vínculos

         Desde este primer esquema vamos a dar un salto para hablar de la naturaleza de los vínculos. Vamos entonces a considerar cómo se construye la unidad de una red, que sería la unidad de vínculo. Si decimos que se conectan sujetos, para haber red tienen que existir dos sujetos por lo menos. La unidad básica de vínculo es la relación entre sujetos. Antes de empezar a pensar en términos de “red”, necesitamos profundizar esta idea.

Existen múltiples redes formales e informales, como esas que están y se ponen en evidencia cuando tenemos un paciente que nos interesa, al que le sugerimos que no “haga cola”, que no pida turno, que vaya con un papelito a ver a tal profesional, es lo que funciona, salvo que un día el profesional al cual lo enviamos haya faltado a su trabajo. Son vínculos que se arman y que sin ellos uno no podría trabajar, ni siquiera en privado, salvo que uno tuviera un trabajo en el cual fuera tan autosuficiente, de manera tal que pueda resolver todo lo que puede tener un paciente.

         En esta historia de vínculos vamos generando y profundizando nuestra concepción de redes. Existe una especie de macromecanismo que podría dar cuenta de distintas categorías, como por ejemplo de pertenencia, de identidad con un grupo. Cuando se genera un grupo artificial, donde habitualmente la gente sólo comparte su tiempo en las reuniones grupales, en un primer momento para nosotros el otro casi no existe, se requiere un tiempo para que yo vaya incorporando a los otros en mi representación interna, voy incorporando y al mismo tiempo me voy viendo reflejado en el otro. En la dinámica grupal empiezan a pasar cosas, en algún momento el grupo es y al mismo tiempo se está constituyendo y en esa constitución, cuando aparecen tareas o unidades de producción específicas de los grupos, en algún momento las personas deciden transferir una parte de su identidad, o narcisismo, a una especie de narcisismo de grupo. En vez de estar orgulloso de lo que yo hago, empiezo a estar orgulloso de pertenecer al grupo, soy parte de un grupo o de un equipo y hacemos algo que ninguno de nosotros podría hacer solo.

         También sería posible, al menos teóricamente, pasar del narcisismo de equipo al narcisismo de institución: “yo soy parte de este hospital”. En este caso hemos ido aún más allá, estamos imaginando casi un narcisismo de red.

         El proceso durante la actividad que tendremos juntos, consiste en ir construyendo la necesidad de redes y la pertenencia a ellas. Es un proceso tal que me permita decir, en un momento dado, que yo pertenezco a algo más grande, que no es sólo mi servicio o mi hospital, es esta red que resuelve solidariamente problemas.

Incluso, entonces un paciente no importa por dónde entre, va a recibir una atención parecida, similar,

coherente, no va a notar diferencias, va a sentir el comportamiento solidario de la gente que configura toda esta red.

Niveles en la construcción de redes

         Este proceso que intentaremos recorrer, es semejante al que debe recorrerse en la construcción de cualquier red. En el proceso de construcción existen diferentes niveles, cuyo conocimiento nos sirve para organizarnos, para monitorear los grados de profundidad de una red. Estos niveles podrían nombrarse como: reconocimiento, conocimiento, colaboración, cooperación y asociación. Donde cada uno sirve de apoyo al siguiente.

         El primer nivel sería el de reconocimiento, que expresaría la aceptación del otro. En casos extremos, la dificultad de operar o de interactuar consiste en que no se reconoce que el otro existe. Esto forma parte de nuestra jerga habitual, de la cultura de nuestras instituciones específicas, la forma como uno se refiere en una institución de los otros demuestra, un no reconocimiento del derecho a existir de los otros. Y voy a dar ejemplos que no son de Rosario, porque son muy duros. Así se expresaba un médico de hospital con respecto a sus colegas de un centro de salud: “A esto lo mandó un médico de un centro periférico. Bueno … ‘médico’ … es una forma de decir … si está en una centro de salud …”

En el centro de salud, el discurso podría ser: “Fijate el medicamento que le dieron a este paciente en el hospital. Estos tipos están en una torre de marfil  nunca vieron dónde vive la gente”. Son representaciones donde fácilmente descalifican a los otros.

         Es como decir “todos los chinos son iguales”, cosa que se puede decir sólo fuera de China y, que cuando estamos ahí nos damos cuenta que ninguno es igual a otro. Desde un centro de Salud toda la gente del barrio es igual; desde un hospital toda la gente que trabaja en un centro de Salud es igual, desde un centro de Salud y un hospital toda la gente que trabaja en la Secretaría es igual, desde la Secretaría la gente que trabaja en los hospitales son todos iguales. Después uno descubre que no todos son iguales y que hay una enorme heterogeneidad en cada una de estas unidades. El primer punto para empezar a construir es reconocer que el otro existe o, más precisamente, que el otro tiene derecho a existir.

         Siguiendo con el caso de lo extremo, Bertrand Russell hizo un análisis de la literatura de guerra y

descubrió que todo el periodismo de un país en guerra nunca menciona las bajas de los otros en término de personas que murieron y, en algunos casos, cuando se está en el fragor máximo los que murieron son “bestias salvajes” o algo similar. No murieron personas del bando enemigo, la idea es animalizar en el mejor de los casos, con lo cual yo siento que murió nadie. Como decía una crónica a principios de siglo “no murió nadie... importante”. En el caso de la toma de la embajada de Perú, no murieron personas. En la guerra contra Irak, en el ‘91, la prensa norteamericana hablaba de “daños colaterales”, no eran muertes. Los irakíes eran personas que estaban pegadas a los objetivos estratégicos de los que había que informar sobre su liquidación. Lo mismo ocurre en el “diálogo” de los palestinos e israelíes, no podían ni dialogar porque el principio estratégico era que no existía el otro. Para los palestinos el Estado de Israel no existía, para los israelíes Palestina no existía, ¿Quién va a dialogar con alguien que no existe...?

         Si nos cuestionamos realidades más cotidianas: ¿Qué diálogo puede existir entre los profesionales y la población, si creemos que “nada útil puede uno sacar de hablar con nuestros pacientes”? Reconocer que el otro existe es reconocer que el otro puede decir algo importante para mejorar la calidad de un servicio, que puede decir cosas que a mí no se me hubieran ocurrido nunca, salvo que estuviera en el lugar de él. Muchas veces pasa que a un médico le toca estar en el lugar de un paciente, en ese momento se ve otra película, se tiene otra mirada y otra posición sobre las mismas cosas.

         Es el caso que ustedes tienen con la población Toba. Si se dice simplemente que “existen y son como un habitante más, como cualquier otro”, si no quiero aceptar su identidad, entonces en el fondo no los veo. Todo lo que se diferencia de lo que conozco o de la normalidad, lo voy a rechazar. “Sí, son seres humanos, pero son tan distintos!”. Para poder reconocerlos en realidad yo tengo que reconocerlos y aceptarlos tal como son. Esto es más fácil decirlo que hacerlo.

         No hay forma de crear redes con otros a los cuales no les reconozco su derecho a existir o a opinar, “qué puede decir un profesional de un centro de salud de cómo organizar un servicio en un hospital”, no reconozco que puede decir sobre lo mío, o al revés, “¿qué puede decir un médico de un hospital sobre cómo organizar la atención, las formas de trabajar en un centro de salud?”.

         Entonces, he recorrido este primer nivel cuando comienzo a aceptar que el otro existe, cuando el otro se me hace presente y tengo que tomarlo en cuenta.

         Hay un segundo nivel que es el de conocimiento. Luego que el otro es reconocido como par, como interlocutor válido, empieza a ser incluido en mi palabra, empiezo a necesitar conocimiento del otro, lo cual expresa interés, quiero saber quién es el otro, quiero entender cómo se ve el mundo desde ahí.

         Un tercer nivel, a partir del interés y del conocimiento empiezan a existir algunos episodios de

colaboración (co-laborar en el sentido de trabajar con). No es una ayuda sistemática, no es una ayuda

organizada sino espontánea. Hay momentos, hechos, circunstancias donde se verifican mecanismos de colaboración que empiezan a estructurar una serie de vínculos de reciprocidad, empiezo a colaborar pero espero también que colaboren conmigo.

         En el cuarto nivel ya existen algunas formas sistemáticas de cooperación (co-operación: operación conjunta). Esto supone un proceso más complejo porque supone que existe un problema común, por lo tanto hay una co-problematización, y existe una forma más sistemática y estable de operación conjunta, es decir que hay un compartir sistemático de actividades.

         Existe un quinto nivel donde hay asociación, donde esta actividad profundiza alguna forma de contrato o acuerdo que significa compartir recursos.

         Toda esta construcción podría ser representada en una figura, donde colocamos los niveles desde abajo hacia arriba (el reconocimiento es el cimiento sobre el cual se basa el conocimiento, el tercer nivel, el de colaboración se apoya en el segundo, el cuarto, el de cooperación, en el tercero, etc.) también para señalar que a cualquiera de estos niveles hay que sostenerlos. Si uno no los sostiene se caen.

 5 - asociación

4 - cooperación

3- colaboración

2- conocimiento

1- reconocimiento

 

También podemos expresarlo en una tabla:

Nivel

Acciones

Valor

 

Asociarse

Compartir objetivos

y proyectos

 

Confianza

 

Cooperar

Compartir actividades y/o recursos

 

Solidaridad

 

Colaborar

 

Prestar ayuda esporádica

reciprocidad

 

Conocer

Conocimiento de lo que

el otro es o hace

 

interés

 

Reconocer

Destinadas a reconocer que el otro existe

 

aceptación

 

 

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